El Bierzo Digital recoge hoy el testimonio de un matrimonio berciano que viajaba a bordo del Diamond Sea
El Bierzo Digital ofrece hoy el testimonio de un matrimonio ponferradino que la pasada semana disfrutaba de un crucero a bordo del Diamond Sea, el barco que se hundió en el Mar Egeo. Se trata de Plácido Martínez y su mujer Elo Agüero, quienes relatan a este medio la situación que vivieron y sintieron en sus propias pieles desde el momento en que el barco impactó contra un arrecife y se hundía poco a poco.
Según destaca hoy El Bierzo Digital, el matrimonio cuenta que "era en la última jornada de un crucero de cuatro días por el Mar Egeo y nos tocaba llegar a eso de las 16:30 a la Isla de Santorini”. Este pasajero de un crucero en que viajaban más de 1000 personas a bordo, explicó cómo todos notaron el impacto, un fuerte estruendo, al que no dieron mayor importancia inicialmente pues pensaban que se trataba del ancla. Aunque a partir de ese instante comienza a inclinarse el barco en el orden de unos 30 grados por la parte derecha de proa. En su caso, describe cómo el conocimiento le llegó más tarde que a otros pasajeros, quienes ya se estaban poniendo el chaleco salvavidas, Incluso que por megafonía se pidió tranquilidad porque la situación “estaba bajo control”. Poco después, no obstante, las sirenas y señales para abandonar el barco advirtieron que no había nada bajo control.
Plácido Martínez, profesor de del centro de estudios Mercurio de Ponferrada, denuncia en este medio una posible negligencia del capitán del barco, y le acusa de la mala organización en la evacuación. Reconoce que la nave estuvo sometida a una situación extrema de peligro, y que si éste hubiera volcado la situación podría haber sido catastrófica.
Según destaca hoy El Bierzo Digital, el matrimonio cuenta que "era en la última jornada de un crucero de cuatro días por el Mar Egeo y nos tocaba llegar a eso de las 16:30 a la Isla de Santorini”. Este pasajero de un crucero en que viajaban más de 1000 personas a bordo, explicó cómo todos notaron el impacto, un fuerte estruendo, al que no dieron mayor importancia inicialmente pues pensaban que se trataba del ancla. Aunque a partir de ese instante comienza a inclinarse el barco en el orden de unos 30 grados por la parte derecha de proa. En su caso, describe cómo el conocimiento le llegó más tarde que a otros pasajeros, quienes ya se estaban poniendo el chaleco salvavidas, Incluso que por megafonía se pidió tranquilidad porque la situación “estaba bajo control”. Poco después, no obstante, las sirenas y señales para abandonar el barco advirtieron que no había nada bajo control.
Plácido Martínez, profesor de del centro de estudios Mercurio de Ponferrada, denuncia en este medio una posible negligencia del capitán del barco, y le acusa de la mala organización en la evacuación. Reconoce que la nave estuvo sometida a una situación extrema de peligro, y que si éste hubiera volcado la situación podría haber sido catastrófica.
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